Ante esta "crisis tan dura", Cospedal ha considerado "lógico" el desapego de los ciudadanos -que también muestran los sondeos- hacia quienes les gobiernan, si bien ha dicho que no teme un estallido social, porque los ciudadanos "creen en el trabajo diario y la responsabilidad" y no en actuaciones "vistosas" que "no arreglan nada".
Cospedal ha enmarcado el desapego ciudadano también en una crisis que dura ya seis años y cuyo final "todo el mundo quiere que llegue pronto", pero, reconoce, "parece que llega más lento de lo que esperábamos".