La ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal ha reconocido haber tenido reuniones a solas con el excomisario Villarejo, pero afirma no haberle hecho nunca ningún encargo con el que espiar a miembros de su partido.

Citada como imputada en el marco de la Operación Kitchen por el presunto seguimiento parapolicial al extesorero Luis Bárcenas, la exmandataria asegura no tener conocimiento de las directrices que se habrían mandado desde su formación, así como su presunta relación con el excomisario Villarejo, cuyos encuentros, indica, no formaban parte de su agenda.

En este sentido, la que fuera secretaria general ha admitido ha detallado su relación con el excomisario. Tal y como ha declarado al fiscal Miguel Serrano, su marido le presentó a Villarejo en 2009. Entonces, le explicó antes de reunirse que tenía una consultora muy importante, que tenía magníficas relaciones con la prensa y que hacía labores de investigación.

Según explica, en la primera reunión estuvo presente su marido, Ignacio López del Hierro, pero el resto de encuentros fueron a solas. En cualquier caso, Cospedal ha asegurado desconocer si Villarejo estaba detrás de ciertos espionajes, como el de Rita Barberá. E insiste: Nunca hizo un encargo concreto a Villarejo ni nunca le pidió un servicio. Tampoco ordenó pagos, afirma.

Cospedal acusa a Bárcenas de "mentiroso"

Durante su intervención ante el juez Manuel Castellón, Cospedal también ha negado la hipótesis planteada por el magistrado sobre el interés del PP en arrebatar documentación a Bárcenas. En esta línea, la exdirigente relata: "Esa documentación estuvo en Génova, hubiéramos podido arrebatarla".

Es decir, "esa persona", como la exsecretaria ha denominado a Bárcenas durante su intervención, según Cospedal, "ha dado muchas versiones sobre lo que tenía y no tenía". Y lanza: "Queda como lo que es, un mentiroso", subraya.

Ante esto, la imputada se ha mostrado sorprendida de que nunca se entrase en el domicilio de Bárcenas, e incluso llega a culpar a la policía. Por ello, sentencia: "El Partido Popular no tenía necesidad de arrebatar nada".