Once de la noche, con el hemicilo semivacío. Los votos de PP y UPN dieron luz verde al fracking: la polémica técnica de extracción de gas, que sale adelante envuelta en una norma que ni siquiera guarda relación con ella, la del almacén Castor.

Porque en torno al fracking parecen existir suficientes elementos de polémica como para que el debate esté garantizado. Los ecologistas argumentan que se trata de una técnica muy agresiva para el medio ambiente e incluso peligrosa para la salud humana.

Pero el sector de los hidrocarburos lo ve de otra forma. Afirman que crearía miles de puestos de trabajo, y aportaría independencia energética a nuestro país. La polémica es tan intensa que se reproduce también entre administraciones.

La ley de hidrocarburos limita la competencia sólo a los casos en que las extracciones afecten a más de una comunidad autónoma. Si no, la última palabra es de los gobiernos autonómicos. Que, en el caso de Navara y Cantabria, ya se ha plasmado en una prohibición explícita.