Al tiempo que en España cierran bares, se imponen toques de queda y los números de contagios no dan un respiro a las autoridades ni a los ciudadanos... Pequeños grupos de personas todavía corren el riesgo de celebrar grandes encuentros sin ningún tipo de medida sanitaria para evitar la expansión del virus. Las multas se agolpan en las administraciones, que comienzan a saturarse por la tramitación.
No llevar mascarilla, no guardar las distancias, saltarse los toques de queda, saltarse los cierres perimetrales... Estas son algunas de las causas que motivan las sanciones.
Es el caso de Granada, una de las provincias con peores cifras de España, donde cientos de personas se saltaron las restricciones sanitarias. Las sanciones están a punto de llegar a las casas de todos aquellos a los que la Policía local multó. Más de 200 denuncias por diversos motivos en tres días, según recoge Europa Press.
La mayor parte de las multas han sido por no usar la mascarilla, 80; por consumir alcohol en la vía pública, 67; por ruidos en pisos por fiestas, 45; y a establecimientos, 11. Sin contar infracciones por tenencia de estupefacientes y otras infracciones.
Otro ejemplo sangrante es el de uno de los colegios mayores de Valencia, el Galileo Galilei, donde una fiesta ibicenca sin mascarillas dejó sin clases a más de 25.000 alumnos. La fiesta se produjo a finales de septiembre, cuando todavía hacía buen tiempo y los universitarios acababan de empezar el curso, pero la Generalitat sigue adelante con las investigaciones y, de momento, se han identificado a 214 personas. De momento, según la Generalitat, hay pruebas para sancionar a 50. Pero la investigación continúa y las notificaciones podrían llegar a lo largo del próximo año.
En Seseña, una fiesta de Halloween ilegal terminó con 60 denunciados, tanto por saltarse las restricciones como por organizar el evneto. Según la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el volumen de denuncias por incumplimiento es tan alto que se tramitarán en los próximos días.
Una rave en El Catllar (Tarragona) fue intervenida por los Mossos, pero ahí solo hubo dos denuncias: una al organizadory otra a una personas cargada con estupefacientes que ingresó en prisión.