No ha habido sorpresas y el Congreso ha dado un sonoro portazo a la propuesta de consulta soberanista de Cataluña, aunque, eso sí, el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha enseñado el camino a quienes no están de acuerdo con la actual estructura territorial: proponer una reforma de la Constitución.
Como se esperaba, la proposición de ley del Parlament de Cataluña que pedía la transferencia a la Generalitat de la competencia para convocar el referendo ha sido tumbada con una amplísima mayoría de la Cámara por 299 votos en contra, 47 votos a favor y una abstención. Una derrota que también ha tenido su reflejo en los propios diputados catalanes, donde la suma de los votos del PSC y el PPC ha sido también superior al del conjunto de las formaciones nacionalistas catalanas.
A pesar de este portazo, el presidente del Gobierno no ha cerrado la puerta a debatir una posible reforma de la Constitución, si es eso lo que quieren los partidos catalanes, lo que no quiere decir que el Ejecutivo la apoye. "Hay una puerta abierta de par en par para aquellos que no estén conformes con el actual estado de las cosas, iniciar los trámites para una reforma de la Constitución", ha proclamado.
Muy aplaudido desde la bancada 'popular', el jefe del Gobierno ha insistido en que lo planteado desde el Parlamento de Cataluña es abiertamente inconstitucional y que de nada sirve vestir esa reclamación de "calor popular" o con manifestaciones y plebiscitos.
Dirigiéndose al presidente de la Generalitat, Artur Mas, el gran ausente hoy en el Congreso, Rajoy ha dejado claro que el problema catalán no se soluciona tomando "quinientos cafés" con Mas, porque falta la "potestad que la Constitución nos niega".
El presidente del Gobierno ha aprovechado también para criticar que los defensores de la independencia no expliquen sus consecuencias, una Cataluña parecida a la isla de Robinson Crusoe, aislada en el mundo. Razones que no han convencido en modo alguno a los tres portavoces del Parlament -Jordi Turull (CiU), Marta Rovira (ERC) y Joan Herrera (ICV)- que han lanzado una advertencia pese al no del Congreso: El camino emprendido en Cataluña no tiene retorno.
Han dejado claro que no se rendirán y que buscarán "otras vías" que permitan a los catalanes "votar y decidir su futuro" porque "esto no acaba aquí". Insiste en la advertencia el portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, que ha avisado de que a pesar del rechazo del Congreso el proceso soberanista "no va a parar" y que no están dispuestos a "retirar las urnas" aunque sí a hablar sobre "cómo se convoca a la gente".
Desde ICV, Joan Coscubiela, que apoya la consulta, ha lamentado que Mariano Rajoy prefiera antes un "choque de trenes" que una solución dialogada en Cataluña y ha advertido de que el derecho a decidir terminará "abriéndose paso". Problema catalán que el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha extendido al País Vasco.
"Todos conocemos el resultado de la votación, ¿pero a partir de mañana, estamos dispuestos o no a negociar, presidente?", le ha espetado. Reforma de la Constitución que también ha planteado el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha abogado por una actualización del "pacto constituyente" que "recoja las aspiraciones y singularidades" de Cataluña.
Rubalcaba, que se ha mostrado "absolutamente en desacuerdo" con la independencia de Cataluña, ha propuesto esa reforma constitucional como solución a los "graves problemas de convivencia" que, a su juicio, existe entre los catalanes y el resto de España. Es más, se ha comprometido a tratar de convencer a Rajoy de la necesidad de esa reforma de la Carta Magna.
No apoya esa posible reforma constitucional la líder de UPyD, Rosa Díez, que ha sostenido que "no hay nada que dialogar con quien incumple las normas" y con quien "lleva a gala no cumplir las sentencias", en referencia al presidente de la Generalitat, Artur Mas. Tras señalar que a los "delincuentes se les persigue", Díez ha criticado a Mas por haber recorrido 60.000 kilómetros por el mundo explicando su consulta pero no haya tenido valor para coger el AVE u defender su propuesta ante el Congreso.
Después del portazo del Congreso a la consulta, se abren ahora varias alternativas para el plan soberanista impulsado por los partidos nacionalistas catalanes. En primer lugar, se intentará poner en marcha la ley de consultas que ya está en el Parlament de Cataluña y, si ésta es paralizada por un seguro recurso del Gobierno ante el Tribunal Constitucional (TC), una elecciones plebiscitarias.