En concreto, y según indicaron fuentes parlamentarias, se trata de concretar, entre otros asuntos, la ubicación de los despachos de los distintos grupos parlamentarios y el número de asistentes de los que dispondrá cada uno de ellos.

También hay que definir la composición de la Diputación Permanente del Congreso, el órgano que sustituye al Pleno en los periodos no ordinarios de sesiones y que, por tanto, debe estar en marcha este mes de agosto. En cuanto a las comisiones, todo apunta a que se esperará a septiembre para decidir su composición y empezar a constituirlas.

Otra cuestión que debe resolver la Mesa y la Junta de Portavoces es la ubicación de los distintos grupos parlamentarios en el hemiciclo, más allá de la tradición de que en los bancos de la derecha de la Presidencia estará el PP y a la izquierda el PSOE.

Todos estos asuntos de intendencia, imprescindibles para la puesta en marcha de la institución, se iban a resolver el pasado martes pensando que no iba a haber muchos cambios respecto de la fallida legislatura del primer semestre.

Pero la decisión final de no dar grupo parlamentario propio a Convergència y enviar a sus ocho diputados al Grupo Mixto alteró todos los planes iniciales. Ahora la Cámara va a tener un grupo parlamentario menos que en mayo y el reparto de escaños, despachos y diputados adscritos a cada comisión se ve alterado.

Lo más visible es que Convergència, que llevaba décadas en el tercio central del hemiciclo y en la tercera planta de la primera ampliación del Congreso, puede acabar ahora con sus nuevos compañeros del Grupo Mixto en las últimas filas del Salón de Plenos (el 'gallinero') y que sus despachos estarán más alejados del Palacio de la Carrera de San Jerónimo.