El confinamiento decretado por el Gobierno en los peores meses de la pandemia, en marzo, abril y mayo, salvó la vida de unas 4.000 personas. Así lo ha indicado un estudio alemán, que señala que se redujo en un 16% el número de contagios en los dos primeros meses.

El informe del Instituto Leibniz de Investigación Financiera (SAFE) concluye, además, se salvan más vidas cuanto antes se apliquen las medidas para frenar la propagación de la pandemia, como la restricción de los contactos, los cierres parciales de la actividad económica y educativa, así como las reglas de higiene.

El estudio del SAFE calcula que si no se hubiese declarado el estado de alarma en marzo con sus respectivas restricciones, para el 14 de mayo la cifra de fallecidos por el coronavirus hubiese ascendido a 31.000 personas, cuando la cifra oficial en esa fecha es de 27.000 víctimas mortales.

Asimismo, los autores de este informe destacan que, de haber aplicado antes estas medidas, el número de muertos sería significativamente menor, una regla que entienden que trasciende el ejemplo y tiene carácter general. "La efectividad del confinamiento en España fue significativamente menor que si esas (mismas) medidas se hubiesen implementado una semana antes", asegura el economista Alexander Ludwig, uno de los responsables del estudio.

Clave para esta conclusión es la comparación regional de la efectividad de las medidas teniendo en cuenta el momento de expansión del coronavirus por territorios, según el estudio. "En regiones que estaban en un estadio más inicial de la epidemia en el momento en el que entró en vigor el confinamiento las medidas tuvieron una mayor efectividad que en las regiones en las que la epidemia estaba en una fase más avanzada", explica Ludwig.

Esta investigación se basa en un nuevo modelo empírico desarrollado por los autores del SAFE que compara la propagación de la enfermedad y las medidas para contenerla por regiones.