La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años y tres meses de cárcel a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás, en el caso de la denominada "mafia policial", por conseguir datos reservados de agentes, como matrículas, que luego usaba para hacerse pasar por miembro del Gobierno.

La sentencia, dada a conocer este miércoles por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y que es recurrible, le considera inductor de descubrimiento y revelación de secretos, de violación de secretos oficiales y autor de un delito de cohecho activo, y además de la pena de cárcel le condena a pagar multa por un valor total de 7.200 euros.

En cambio los magistrados de la Sección Segunda de la audiencia madrileña le absuelven del delito de pertenencia a grupo criminal por el que estaba procesado, ya que consideran que se trata de una mera "codelincuencia" de varias personas, no extendida en el tiempo. La Sala, además, ya lo castigó por falsificar su DNI, hacerse pasar por emisario del rey en 2014 y por enviado del CNI.

La Fiscalía pedía nueve años

La Fiscalía pedía nueve años y nueve meses para Gómez Iglesias -la más alta en los cinco juicios que ha encarado- y una multa de 54.000 euros en este proceso, que fue la causa principal que se le abrió en los juzgados tras ser detenido en octubre de 2014 por hacerse pasar por miembro del Gobierno y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). De ella emanaron otras ya archivadas o juzgadas.

Los magistrados también condenan a los policías municipales Jorge G.H. y Felipe G.S. a cuatro y tres meses de cárcel por los delitos de descubrimiento y revelación de secretos cometido por funcionario público y cohecho pasivo; al guardia civil Francisco Javier S.L. a un año y medio de prisión por descubrimiento y revelación de secretos cometido por funcionario público; y al que fue responsable de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Emilio García Grande, a una multa de 3.600 euros por violación de secretos oficiales.

La sentencia absuelve a otro policía municipal que estaba procesado, y que quedó exonerado en el transcurso del juicio, ya que la Fiscalía no le acusaba y en la vista oral retiraron la acusación contra él la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU) y el Ayuntamiento de Madrid, que ejercen las acusaciones.

El trastorno "no afecta a sus facultades"

Consideran probado los magistrados que el Pequeño Nicolás y los policías municipales de Madrid, del grupo de Escoltas, Jorge G. H. y Felipe G. S. estrecharon amistad y "planearon una forma de obtener ingresos paralelos y otras prebendas relacionadas con los ambientes sociales y políticos que frecuentaban", de modo que el primero obtenía de los otros información privilegiada y datos relacionados con matrículas.

Y luego usaba esa información para llegar a los titulares de esas matrículas y obtener beneficios, y repartía el dinero entre los tres, dice la sentencia, que detalla que los tres compartían "chats secretos con activación de su función de autodestrucción" en los que usaban un lenguaje con el que pretendían disimular que hablaban de dinero: se referían a lechugas verdes, lechugas moradas o rábanos.

Los magistrados dan por acreditadas esas conversaciones, sobre las que los agentes procesados se negaron a declarar durante el juicio, y también las que mantuvo Francisco Nicolás Gómez Iglesias con el guardia civil procesado y con el que era entonces, en 2014, el máximo jefe de los dos agentes municipales: el coordinador de Seguridad, Emilio García Grande.

Y dejan claro que el trastorno mixto de personalidad con rasgos narcisistas que padece el Pequeño Nicolás "no afecta en ningún grado a sus facultades volitivas e intelectivas", y que en el proceso ha habido dilaciones indebidas.

Este es el quinto juicio al que se enfrentó Francisco Nicolás Gómez Iglesias, tras ser juzgado en cuatro ocasiones, en tres de las cuales ha sido condenado a un total de ocho años y dos meses de cárcel, aunque ha recurrido todo ante el Supremo.