Carmen Martínez-Bordiú vendió, en 2006, 42 participaciones de una inmobiliaria que le había donado su madre. Ese movimiento le reportó unas ganancias reales de 6,7 millones de euros, pero la nieta de Franco sólo declaró a Hacienda 57.000 euros del beneficio obtenido. Ahora, la Audiencia Nacional condena a Bordiú al pago de 500.000 euros para reparar la elusión de impuestos durante aquel ejercicio.

En total, Martínez-Bordiú ganó 9,9 millones de euros con la venta de las 42 participaciones de la inmobiliaria y Hacienda cifra el beneficio real en esos 6,7 millones, según publica Infolibre. La Audiencia Nacional desmonta el principal argumento de la nieta de Franco para rebajar el pago de impuestos. Ella declaró que los inmuebles y fincas adquiridas con ese dinero -entre ellos la propiedad de lujo en la que residía con su antigua pareja en Santander- formaban parte de su actividad económica, algo que desmiente la sentencia de la Audiencia.