La declaración de Rajoy en la Audiencia está plagada de incógnitas. La primera, por dónde entrará a la sede de la Audiencia en San Fernando de Henares.

Hay dos posibilidades: por donde lo han hecho todos los testigos hasta ahora. El presidente llegaría en coche hasta la esquina de la Calle Límite con la Calle Cantábrico. Allí bajaría del coche y tendría que andar hasta la puerta.

Si el presidente de la Audiencia acude a recibirle, otra de las incógnitas, sería aquí. Tras el saludo, ambos entrarían juntos en la Audiencia.

Si esa es la opción elegida, los periodistas, que estarán situados justo enfrente de la entrada, tendrán oportunidad de inmortalizar la llegada.

Pero hay una opción con la que Rajoy evitaría la imagen. En lugar de por la entrada principal, el presidente accedería por la puerta para vehículos. Rajoy entraría en coche hasta la parte trasera y dejaría a la prensa con las ganas.

Una vez dentro, la sala estará dispuesta como habitualmente en el juicio: una zona reservada para los acusados, justo detrás estarán los periodistas acreditados.

En la zona de las acusaciones se sentará el nuevo fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, que acompañará las dos fiscales del caso. Pero no será él, sino la fiscal Concepción Sabadell, quien hará las preguntas la presidente.

El presidente se sentará en el estrado reservado para los abogados, y no en el banquillo donde habitualmente declaran acusados y testigos. Pero no se sabe con exactitud cuál será exactamente el sitio que ocupará. El objetivo, evitar la imagen del presidente con los acusados de fondo.