La Audiencia Provincial de Madrid tiene previsto juzgar hoy a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, "el pequeño Nicolás", por hacerse pasar por representante del Gobierno y de la Casa Real en un viaje a Ribadeo (Lugo) en agosto 2014, aunque el juicio podría aplazarse al haber renunciado su letrada.

La Sección 17 de la Audiencia madrileña ha fijado el juicio a Gómez Iglesias y a dos policías municipales que presuntamente le acompañaron en ese viaje, con el objetivo de celebrar una comida con un empresario.

No obstante el juicio podría aplazarse ya que la última letrada del principal acusado ha renunciado recientemente a su defensa por "presiones indirectas" que "ponen en peligro el correcto ejercicio del derecho a la defensa".

Por eso ha solicitado que se suspenda la vista para que el nuevo letrado pueda ponerse al día. La Fiscalía pide para "el pequeño Nicolás" siete años de cárcel y una multa de 81.000 euros por los delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho activo.

Para cada uno de los policías solicita cuatro años y dieciocho meses de prisión y multa de 4.500 euros por los delitos de usurpación de funciones públicas y cohecho pasivo. Los hechos se remontan a agosto de 2014, cuando presuntamente el joven contactó con el empresario Jorge Cosmen para concertar una reunión haciéndose pasar por representante de la Casa Real y de la Vicepresidencia del Gobierno.

Quedaron para el 13 de agosto en un restaurante de la localidad lucense de Ribadeo a la que el joven aseguró que acudiría una personalidad importante de la Casa Real. Según el relato del fiscal, el "pequeño Nicolás" se puso en contacto con el agente Hormigos, a quien conocía previamente, le explicó su propósito de hacerse pasar por un cargo público y le pidió que proporcionara los medios policiales necesarios. Luego ese agente contactó con el otro para que se uniese al plan.

El joven alquiló cuatro vehículos de alta gama con sus conductores y falsificó dos acreditaciones del Ministerio del Interior. La comitiva al completo partió de la calle Montalbán, junto al Ayuntamiento de Madrid, y poco después efectuó una parada en la que los dos agentes acusados "se presentaron a los cuatro conductores y a los dos acompañantes como policías, les dijeron que se trataba de un viaje oficial, les exhibieron sus armas reglamentarias, repartieron los 'pinganillos' y colocaron en los vehículos los rotativos luminosos y las acreditaciones oficiales mendaces del Ministerio del Interior".

Así llegaron a Ribadeo, donde fueron escoltados por la Policía Municipal y donde finalmente se celebró la comida prevista sin que acudiese nadie de la Casa Real. La Fiscalía sostiene que el principal acusado abonó al policía Jorge Hormigos 2.000 euros, y éste entregó 400 a Carlos Pérez.