La última encuesta del CIS muestra que los ciudadanos le dan un 3,68 de nota a la Corona. Sin embargo, no es la peor nota de la encuesta: peor parados salen el Gobierno y los partidos políticos. La última vez que se formularon preguntas concernientes a la monarquía fue en noviembre de 2011, que constituyó también la primera vez que los ciudadanos suspendían a la Corona, con una nota de 4,89. Desde entonces, no se había vuelto a preguntar sobre la Casa Real.

La cifra de este año no sólo pone de manifiesto la desconfianza en la monarquía, sino que refleja que los ciudadanos la consideran un auténtico problema. Es la primera vez que la Corona se hace hueco entre las preocupaciones más relevantes de los ciudadanos. Ante estos datos, es inevitable preguntarse qué ha sucedido para que se haya llegado a esta situación.

El primer suspenso de la Corona coincide en el tiempo con el estallido del caso 'Nóos' y la imputación de Iñaki Urdangarin, a lo que hay que añadir el descubrimiento de los correos de Diego Torres y las continuas comparecencias en el juzgado. Pero el golpe final llegó el 3 de abril de este año, con la imputación de la infanta Cristina, precisamente cuando se estaba elaborando esta última encuesta del CIS.

El 14 de abril de 2012 se produjo un nuevo episodio: Los españoles fueron informados de que Don Juan Carlos estaba siendo operado de urgencia tras romperse la cadera en una cacería en Botsuana. Poco después, el monarca pediría perdón por su equivocación. Casi al mismo tiempo, su nieto Froilán se disparó en el pie de forma accidental con una escopeta, sin que tuviera edad para cogerla.

Un tiempo después, se abrieron dos nuevos frentes. El primero, relacionado con la princesa Corinna y su vinculación con España; y el segundo, por la herencia que Don Juan Carlos recibió de su padre en cuentas suizas. La preocupación y el revuelo que levantaron fue tal que se llegó a admitir preguntas de los grupos políticos en el Congreso de los Diputados. Ahora, el debate sobre la abdicación del monarca está en la calle, y las esperanzas de los ciudadanos están puestas en el príncipe Felipe.