No hace ni un mes que se nombró a Hungría como sede de la presidencia Europea y ya ha provocado un cisma en Bruselas. El jefe de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha calificado como "inaceptables" algunas de las decisiones tomadas por Viktor Orban desde que Hungría ha asumido la presidencia europea.
Y es que, desde que asumió el cargo, emprendió lo que él llama "misión de paz", que consiste en visitar a Putin, a Xi Jingping y a Donald Trump. Orban nunca ha escondido su afinidad con ellos. Su trayectoria es de sobra conocida porque nunca ha tenido problema en lanzar discursos con mensajes xenófobos, incluso cuando Europa estaba a punto de afrontar una de las peores crisis migratorias, la de 2015. Además, durante sus más de 14 años al frente de Hungría ha aprobado leyes que vulneran los derechos de las personas LGTBI.
Posturas que llevan años provocado choques entre Budapest y Bruselas, y que han llevado en varias ocasiones a la Comisión a aplicar sanciones económicas a su país por no ser suficientemente garantista del Estado de Derecho.
Esto ha provocado que muchos dirigentes políticos de distintos países estén en contra de que Orban presida el Consejo Europeo. Sin ir más lejos, la vicepresidenta Yolanda Díaz se ha mostrado muy dura al respecto. Y, de hecho, tiene previsto plantar a Viktor Orban. Ya ha anunciado que no acudirá a la reunión de ministros de Trabajo el próximo octubre en Hungría.
Pero, por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares se ha desmarcado de la líder de Sumar y este lunes ha apelado a la "unidad y solidaridad" de la UE, También ha rechazado boicots en el seno de la Unión como el impulsado por Suecia contra la presidencia húngara del Consejo para castigar el viaje del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, a Rusia.
"Los viajes de Orbán sólo le vinculan a él y, evidentemente, no representa la posición de consenso de la política exterior de la UE ni de España, pero España tampoco es favorable a que haya boicots; no puede haber boicots dentro de la UE porque supone unidad y solidaridad", ha destacado Albares en declaraciones a los medios en Bruselas, donde participa en la reunión de ministros de Exteriores de la UE.
Así, mientras que los gobiernos nórdicos y bálticos, además de Polonia, defienden un boicot a las citas que la presidencia semestral de Hungría celebre en su territorio contra los desplantes de Orbán, otros como Alemania y España rechazan este movimiento.
"Nosotros vamos a valorar reunión a reunión según el contenido de la agenda", ha explicado Albares, ya que considera que habrá expedientes de especial relevancia para España en los que su "presencia y voz deben estar garantizadas".
Cita en Budapest
En el marco de ese calendario, los ministros de Exteriores tienen previsto reunirse a finales de agosto en Budapest, en el tradicional encuentro informal que marca cada inicio de presidencia de turno del Consejo de la UE, aunque el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sopesa cambiar la convocatoria a Bruselas en respuesta al pulso de Orbán.
Al respecto, Albares ha asegurado que escuchará lo que plantea Borrell, a quien corresponde decidir el dónde y cuándo de esa reunión, y ha evitado avanzar si planea o no asistir hasta que se tome una decisión al respecto en el encuentro de este lunes.