El anuncio del
"cese definitivo" de la violencia terrorista unió a todos en un
sentimiento común. "Vivamos hoy la legítima satisfacción por la victoria de la
democracia, la ley y la razón", señalaba José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero cinco años después,
los partidos no coinciden en la fórmula para certificar el fin de la banda. Este jueves ha sido
imposible redactar una declaración conjunta. "Estábamos a un 'tris', pero al
final no", señala Aitor Esteban, portavoz del PNV.
Desde el Gobierno en
funciones sólo ven una salida. "Anunciar públicamente su disolución y al mismo
tiempo que entreguen las armas", explica Jorge Fernández Díaz. Otros, como los
socialistas y los nacionalistas vascos, señalan otra vía, que pasa por la
política penitenciaria. "Una política penitenciaria diferente es posible,
además es hasta deseable", explica Patxi López.
Más allá va Bildu. "Me
alegraría mucho que entendieran que esta situación debe concluir con los presos
en la calle", señalaba Arnaldo Otegi en Salvados. Lo cierto es que ETA apenas cuenta ya con
medios. Con 355 presos
repartidos por todo el mapa, su estructura se sostiene con una veintena de
miembros.