Castilla-La Mancha retrasa el toque de queda, que pasa de las 22:00 horas a las 00:00 horas y hasta las 7:00 horas a partir de este miércoles 3 de marzo y durante diez días.

Así lo ha anunciado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, quien también ha comentado que se van a relajar las medidas para los bares y restaurantes. Tendrán que cerrar una hora antes del toque de queda, es decir a las 23 horas.

La intención de la Junta, no obstante, es mantener el cierre perimetral de la región y previsiblemente lo hará al menos hasta después de la Semana Santa. El consejero lo ha justificado en que "parece que el Ministerio de Sanidad quiere mantener estas medidas de cara a la Semana Santa".

En esta misma línea va a trabajar el Gobierno de Castilla-La Mancha, al menos hasta abril. "Si tomamos una decisión común será mejor para todos", ha defendido.

De hecho se ha referido a la situación de "comunidades autónomas vecinas", sin citar ninguna pero aludiendo claramente a la Comunidad de Madrid: "Nosotros estamos fuera del riesgo extremo que comunidades vecinas sí tienen".

El consejero de Sanidad castellanomanchego ha asegurado que cuando se han tomado medidas a nivel nacional, "ha ido bien" y ha opinado que si la apuesta del Gobierno es que las comunidades autónomas se adhieran al cierre perimetral en marzo y abril, incluida la Semana Santa, le parece una "medida muy buena," porque "permite que la movilidad sea menor", de forma que si se mantiene una movilidad escasa, se puede mantener la incidencia a la baja.