Espionaje, comisiones, reuniones secretas, dimisiones. En 72 horas, el Partido Popular ha sufrido una crisis sin precedentes a la que su líder, Pablo Casado, intentó poner fin este sábado cerrando el expediente abierto contra Isabel Díaz Ayuso por sus "acusaciones gravísimas, casi delictivas" a la dirección. Esas fueron las palabras de un Teodoro García Egea señalado en un conflicto en el que algunos miembros de la formación ya piden su puesto.

Ahora, esas palabras "casi delictivas" de Díaz Ayuso han sido enterradas. Desde Génova, dan por buenas las explicaciones aportadas por su equipo respecto al contrato de mascarillas y a la comisión que percibió el hermano de la presidenta regional a modo de "contraprestación por su trabajo".

Algunas voces del Gobierno de la Comunidad hablan a laSexta de un "suicidio incomprensible del PP", una situación "de locos" en la que algunos solo ven una solución, como afirmó un destacado e histórico miembro de Génova: "el cese fulminante de Teodoro García Egea".

En este conflicto de acción-reacción, la dirección nacional pareció moverse al comprobar el runrún de la mañana del sábado, cuando se hablaba del descontento de algunos barones ante la deriva del partido. Tampoco ayudarían las palabras de Rafael Hernando o Esperanza Aguirre, que llegó a plantearse pedir la dimisión de Casado, como ya hizo Cayetana Álvarez de Toledo.

'El Periódico de España' llegó a avanzar la posibilidad de un futuro Consejo Extraordinario con Alberto Núñez Feijóo como mediador. Con el levantamiento de estas voces, comenzó el goteo de informaciones. Primero fue Génova la que confirmó la reunión secreta que mantuvieron Casado y Ayuso en la sede nacional del partido el viernes, con el conflicto en su punto más álgido. Minutos después, el entorno de Ayuso trasladó que dicho encuentro fue "infructuoso", en el que le pidieron emitir un comunicado negando cualquier espionaje a su entorno a cambio de retirarle el expediente. Finalmente, ese expediente se cerró sin haber comunicado de la presidenta regional.

Así, Casado ha parecido claudicar ante quienes pedían algo de mesura en la "estrategia de brutalidad" de García Egea, según comentó un miembro del Comité Ejecutivo de la formación en Madrid. Los ojos están puestos precisamente en el secretario general del PP, que, según 'OK Diario', habría puesto su cargo a disposición del partido: "Si yo soy el problema, me voy".

Veremos si esta sensación de paz se mantiene, al menos, este domingo, o si la peor crisis en la historia reciente del PP vuelve a dinamitarse con alguna novedad que vuelva a abrir unas heridas que parecen lejos de cerrarse.