Lo peor ha pasado ya, y con esa sensación, en Zarzuela quieren volver a la vida normal. Que se hable de la Casa, pero de su trabajo, y no, como ha ocurrido últimamente, de los problemas con la justicia.

Para eso había que pasar el trago del sábado. Como afirma Miquel Roca: "No podía ser un día mejor para la infanta y sus abogados". Desde la Casa del Rey, pocos comentarios, pero cierta sensación de alivio de ver más cerca el final del "martirio", como lo llamó Rafael Spottorno.

La infanta Cristina cenó el sábado en Palacio, con sus padres, antes de volver a Ginebra. Una cena privada, pero simbólica. Un gesto para la relación familiar, no institucional, porque no entra en los planes de Zarzuela que la infanta vuelva a la agenda oficial.

Se busca recuperar la imagen de la Corona, algo en lo que coincide Esperanza Aguirre: "Espero que la imagen se recupere". Zarzuela quiere que el foco se ponga en el núcleo duro de la familia: reyes y príncipes, y ellos son los que están asumiendo el protagonismo. El rey viaja mañana a Lisboa. Las próximas paradas del príncipe serán Zaragoza y Valencia.