Puigdemont está en Bruselas para quedarse, al menos de momento, porque considera que pueden "cumplir con las obligaciones" desde allí.

El president cesado niega que vaya a pedir asilo político, y dice que su traslado a Bélgica es, ante todo, por una cuestión de estrategia: "Queremos evidenciar el problema catalán en el corazón institucional de Europa, a quienes pido que hagan algo".

Niega que su idea sea eludir la acción de la justicia. Si se ha ido de Cataluña, dice, lo ha hecho también por sus ciudadanos porque está "seguro" de que si se hubiese quedado en Cataluña "con una actitud de resistencia", habría habido "una reacción muy violenta del Estado".

Porque Puigdemont ha querido trasladar al mundo que en Cataluña y España se vive escenario de caos, violencia, represión y falta de libertades. "Denuncio la politización de la justicia española y el grave déficit democrático que se da en el día de hoy en el Estado español", declaró.

A pesar de ese escenario y de su llamamiento a la sociedad catalana para que desacate el 155, él sí acata las elecciones convocadas por el gobierno español y avisa de que van a "respetar los resultados".