Por mucho que se hiciera el despistado, los periodistas en Bruselas ya sabían que estaban ante el nuevo ministro de Educación.

Asumido el cargo, Íñigo Méndez de Vigo confesaba que es muy amigo de Wert y que está encantado de llevar la cartera educativa, aunque sea por unos meses.

El secreto se guardó hasta última hora de la noche, cuando Moncloa lanzó un comunicado escueto. Apenas ocho líneas para informar de un cambio y dar las gracias al ministro saliente.

Se trata de un retoque mínimo, sin sobresaltos, que sirve para cumplir con los 'cambios' anunciados.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, intentó enfriar estos días el asunto, aunque no consiguió frenar más de una semana de preguntas sin respuesta.

Al final el cambio se hizo con Rajoy en una cumbre europea, y sorprendió hasta en las formas: según varios medios tuvo que informar al rey Felipe VI por email, que a su vez estaba en Girona, entregando unos premios.