La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha defendido este jueves en el Congreso la nueva ley de infancia, que amplía el plazo para iniciar la prescripción de los delitos graves hasta que la víctima cumpla 35 años, para evitar que los casos queden impunes.

En este sentido, la intervención de la miembro de Unidas Podemos no ha estado exenta de tensión con algunos partidos del hemiciclo, especialmente al abordar el papel de la Iglesia en este tipo de agresiones: "La Iglesia Católica ha sido cómplice demasiadas veces en nuestro país encubriendo la violencia sexual y esto tiene que terminar", ha expresado ante el murmullo de una parte de la Cámara baja, y las quejas de algunos diputados.

Asimismo, Belarra también ha remarcado la necesidad de comunicar estos abusos, sobre todo porque "la soberanía popular dice no" a la violencia contra niños y niñas, y lanza un mensaje directo a ellos: “Ninguna persona tiene derecho a violentaros ni a tocar vuestro cuerpo sin consentimiento. Si alguien os hace daño en la escuela, avisad en casa, si os hacen daño en casa, pedid ayuda en la escuela. Nada de lo que os ha pasado es vuestra culpa, pedid ayuda porque alguien va a ayudaros”, ha exclamado entre aplausos.

El Congreso da luz verde a la ley este mismo jueves, ya que cuenta con el apoyo del PSOE, Unidas Podemos, PP, Ciudadanos, Bildu, Grupo Plural, BNG, Más País y el grupo republicano. Así, con esta aprobación, el texto será enviado al Senad, donde deberá debatirse de nuevo para completar su tramitación.

Esta la ley llega al Pleno con mejoras consensuadas desde la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad, donde se han incorporado 200 enmiendas de distintos grupos y más de 60 transaccionales en el informe aprobado, que recibió el voto en contra de Vox y PNV y la abstención del Grupo Republicano y EH Bildu.