Acabar con la mascarilla obligatoria en interiores es una medida que gusta a la mayoría de españoles. Así se desprende del último Barómetro laSexta, según el cual el 69,3% de los encuestados está a favor de la decisión del Gobierno de levantar su obligatoriedad, frente al 30,7% que está en contra.

No obstante, según el sondeo la mayoría de los participantes seguirá usándola dependiendo de las circunstancias: el 54%. Por su parte, un 23,5% sostiene que no volverá a ponérsela y destierra la mascarilla definitivamente, mientras que un 22,5% continuará llevándola.

En cuanto a la preocupación por el coronavirus, si sumamos los porcentajes, en estos momentos a la mayoría de los españoles, en torno a un 57%, le preocupa poco o nada el COVID-19: un 43,5% dice estar poco preocupado y un 13,7%, nada. En cambio, casi un 43% sigue bastante (33,6%) o muy preocupado (9,2%), según datos del Instituto Invymark.

La opinión de los expertos

En el primer fin de semana sin mascarillas, algunos expertos creen que la situación está siguiendo el guion previsto. "Cuando se levantaron restricciones se esperaba un aumento de contagios leves y se confiaba en que no hubiera un aumento de casos críticos, graves, ingresados por COVID y esto es lo que está pasando en toda España", resume el periodista Josep Corbella.

Aunque la presión en las UCI no llega al 4%, casi cinco veces menos que a comienzos de año, especialistas como Daniel López Acuña recuerdan que, "por más que los casos sean más benignos en su mayoría, el aluvión de casos que genera una alta incidencia nos produce una alta presión asistencial".

Asturias, por ejemplo, con la población más envejecida de España y la mayor incidencia, recomienda a la población seguir llevando la mascarilla. Así, Corbella aboga por "seguir monitorizándolo muy de cerca para evitar disgustos, en todas partes, pero especialmente en Asturias porque tiene más población vulnerable que otras comunidades".

Por su parte, López Acuña recuerda que hay otras medidas de prevención que podemos reforzar: "Seguir apostando por mejorar la ventilación, al monitoreo del CO2, es muy importante, pero no es lo último", afirma el epidemiólogo, que apuesta por hacer "de todo si es necesario para poder cortar la transmisión y un posible repunte".