Isabel Díaz Ayuso ya tiene la foto inaugurando su nuevo hospital de pandemias, el Enfermera Isabel Zendal, situado en Valdebebas, Madrid. Una polémica al igual que faraónica construcción que ha llegado con un mes de retraso y que solo abrirá una parte de sus instalaciones.

Lo hará con tan solo 111 sanitarios voluntarios que perderán otros hospitales o centros de salud de la Comunidad de Madrid. Solo un centenar de los 669 profesionales que anunció la Consejería de Sanidad. Aunque la clave para el funcionamiento de un hospital son los trabajadores, el Zendal también ha llegado con menos camas de las previstas: 240 de 1.000 prometidas.

Pero Ayuso ha mirado hacia otro lado en su esperado acto y ha hecho oídos sordos a las decenas de sanitarios que se han agolpado a las puertas de su medida 'estrella' para protestar por el "malgasto de dinero".

"Nosotros estamos en la Comunidad de Madrid a salvar vidas, ese es el único objetivo. Un gran hospital público no puede ser una mala noticia para nadie a no ser que el sectarismo político lo vea así", ha señalado la presidenta popular, que ha rechazado las críticas hacia su gestión durante la pandemia.

"Nos criticaron por la compra de antígenos y ahora resulta que es la clave para la inmesa mayoría de los países. Nos criticaron cuando solicitamos que se pudieran realizar en farmacias cuando ya en muchos países esto está sucediendo", ha comentado Ayuso.

Pero a escasos metros del lugar de donde ella ha recitado su discurso, la marea blanca ha seguido exigiendo lo que nunca llega: refuerzo de la atención primaria y más rastreadores para atajar la pandemia.

"Estamos aquí porque teníamos 100 millones de euros y en vez de gastarlos en reforzar la atención primaria, contratar rastreadoras, que es lo que hace falta para acabar con una pandemia, hemos decidido construir otro hospital más, teniendo 699 camas cerradas desde el principio", ha criticado Alma Blanco, enfermera y miembro del Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad.

La cifra impresiona y no es para menos porque estuvo proyectado en unos 50 millones: ha costado el doble. ¿Y cómo se llenarán los 80.000 metros cuadrados construidos? La respuesta de la Consejería es clara: con el traslado forzoso de sanitarios de otros hospitales madrileños que los necesitan, trabajadores con contrato de refuerzo COVID.

El acto inaugural ha dado para mucho. Muestra de ello ha sido el silencio de Díaz Ayuso ante la pregunta del líder de su partido, Pablo Casado, que le ha preguntado si en el Zendal hay quirófanos. Cobra más sentido que nunca que la 'letra pequeña' no es lo suyo, como ya demostró ante la pregunta de una periodista sobre el personal del hospital. ¿Pero los quirófanos son letra pequeña?

Ayuso ha calificado el centro como "un hospital para España" que será "el pulmón asistencial" frente a emergencias y "bomba de oxígeno para los profesionales" sanitarios. Se tendrá que ver si finalmente es así.