La ciudad de Ourense, al borde del confinamiento ante el aumento del número de casos por COVID-19, vive sus primeros días con las nuevas restricciones, por las cuales se prohíben las reuniones de personas no convivientes.

La decisión de endurecer las medidas se produjo tras una reunión de urgencia celebrada por el comité clínico, a la vista de la evolución epidemiológica. La tasa de incidencia en la capital orensana (72 casos por 100.000 habitantes en los últimos tres días y por encima de 160 a siete días vista) triplica la del conjunto de Galicia y los contagios siguen en ascenso.

Desde la medianoche del pasado sábado se encuentran prohibidas las reuniones de personas que no sean convivientes, primera ciudad de España que lo hace, tanto en espacios públicos como privados; una drástica medida que se adoptó tras el aumento sin control de casos con el propósito de atajar la alta propagación.

En laSexta, hemos visitado Ourense para comprobar si se cumplen o no estas medidas. Sí que hemos encontrado personas no convivientes tomándose un café, pero también a grupos de personas convivientes que cumplen las restricciones.

La situación sigue siendo preocupante: casi la mitad de los nuevos contagios registrados en Galicia (254) se han dado allí (117), donde se han alcanzado los 475 casos activos.

Félix Rubial, gerente del área sanitaria de Ourense, señala en Al Rojo Vivo el “problema” que supone que la población del municipio esté “muy envejecida”. “La población mayor de 65 años es de un 32%”, asegura.