La Agencia Europea del medicamento dejaba en manos de las autoridades nacionales decidir a quién se administran las vacunas de AstraZeneca y en general, todas han ido en la misma línea. España ha decidido no vacunar con AstraZeneca a los menores de 60 años, un decisión que ha encontrado en el Gobierno de Ayuso a sus mayores detractores.

Sin embargo, la decisión de Sanidad no es algo que sorprenda en Europa. A la restricción de España a AstraZeneca se suman países como Italia y Portugal. También Países Bajos, Alemania y Finlandia aunque estos tres ya lo aplicaban para esa edad antes de que se pronunciase este miércoles la EMA.

Hay dos países que aplican una horquilla más amplia y vacunan con la fórmula de Oxford a mayores de 55 años. Es el caso de Francia y Bélgica. Además, hay territorios que mantienen la suspensión completa de la vacuna desde mediados de marzo. Son Noruega y Dinamarca.

Por lo que se refiere a Reino Unido, este miércoles anunciaron su decisión. Los menores de 30 años podrán decidir si se vacunan con AstraZeneca, cuyo uso está más generalizado y hay más dosis, o por contra optan por esperar a otra vacuna. Además, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha sido tajante con respecto a las dudas sobre su eficiencia: "La vacuna es segura, efectiva y ya ha salvado miles de vidas. La mayoría de gente debería aceptarla cuando se la ofrezcan", recalcaba este miércoles.

Los datos de AstraZeneca en España y Europa

Según los datos de la EMA, hasta el 22 de marzo se detectaron 86 casos de trombos en la UE, con 18 fallecimientos. En cambio, hasta el 4 abril son 222 los casos confirmados, pero de un total de hasta 34 millones personas vacunadas. Es decir, según esta incidencia, solo se da un caso de trombos por cada 100.000 pinchazos (aunque desde Europa remarcan que esta puede variar en algunos países, según su capacidad de rastreo).

En este sentido, la directora general de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas, informó durante la rueda de prensa posterior al Consejo Interterritorial de Salud de este miércoles que "el balance beneficio-riesgo de la vacuna sigue siendo positivo". De hecho, en España los casos se pueden contar con los dedos de una mano, también por la baja frecuencia de la vacuna en comparación con otros países. En algunas ocasiones, Sanidad hasta ha descartado dichos casos con la vacuna, al no poder demostrar la causalidad.

Asimismo, según Lamas, "el beneficio de la vacuna ha sido demostrado en la prevención del COVID-19 y reducción de la hospitalización y muerte", aunque defiende la precaución con la que han actuado hasta ahora las autoridades sanitarias: "Pese a la poca frecuencia con la que ocurren es importante destacar la importancia del diagnóstico temprano", destacaba.