Los Presupuestos ya están en el Congreso, y desbloquean el mayor aumento del gasto público desde 2010: más de 345.358 millones de euros. El 57% de esa cuantía es para el programa social, que aumenta su dotación en 12.600 millones.

"Es la mayor partida de la historia en pensiones, en dependencia, en becas...", ha apuntado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Para pagarlo, el Ejecutivo confía en la marcha de la economía. Esta, según ha reconocido la ministra, está sufriendo "una moderación del crecimiento a nivel global".

También espera sufragar los gastos con los nuevos impuestos y las subidas de otros, pero Montero se ha afanado en puntualizar que el alza fiscal afectará a pocas empresas y contribuyentes. "Son medidas muy selectivas que han precisado de bisturí", ha destacado la titular de Hacienda.

No obstante, hay un impuesto que sí alcanza a la clase media: el del diésel, impacto que Montero ha intentado relativizar: "España es un país con una fiscalidad sobre carburantes menor que otros países". En las cuentas también destaca la inversión en Cataluña: 2.051 millones, el 16,8% porcentaje, que incumpliría el estatut, por lo que el Gobierno ha añadido 200 millones de una sentencia del supremo.

Con ese 18,5% sí se respetaría el estatut, un guiño a los nacionalistas, cuyos votos son imprescindibles. "No creo que haya ningún catalán, vote lo que vote, que le molesten estas inversiones", ha apuntado José Luis Ábalos, ministro de Fomento. La mayoría de esas inversiones irán para cercanías y el ferrocarril convencional, donde se va el mayor presupuesto de Fomento, beneficiando a comunidades como Extremadura o Madrid.