16 de abril de 2015; Cinco de la tarde. La Comisión Judicial entra en el domicilio de Rodrigo Rato y, tal y como se describe en el auto al que ha tenido acceso laSexta Noticias, comienza el registro.

Los agentes "preguntan a Rodrigo Rato dónde tiene la caja fuerte y los ordenadores". Éste les indica que "está en el salón", dice él que vacía, y les "entrega las llaves para abrirla". Entre otro material, la comisión judicial encuentra "dos libretas negras, un cuaderno de trabajo y cuatro folios o papeles, todo con anotaciones; y también dos carpetas de color morado".

Tres horas más tarde se pone punto y final al registro. Seis días después, el 22 de abril de 2015, Rodrigo Rato presencia el desprecinto de algunas de las cajas con los objetos requisados en su casa. Es entonces cuando Rato "manifiesta que una de las agendas negras" que habían encontrado en su domicilio, es, "en realidad", dice, "un diario personal" y pide que se lo devuelvan.

También solicita a los agentes que le devuelvan "las dos carpetas moradas" porque, asegura, su contenido no se refiere a las empresas" investigadas por el juez, así como un cuaderno negro donde tiene notas de empresas. Pero los agentes se lo niegan. Al registro de su casa se unieron otros en un despacho de abogados, en los domicilios fiscales de varias empresas e incluso en la finca de su tía, justo al lado de la suya.

El abogado de Rodrigo Rato asegura que todos estos registros y la investigación en la que está inmerso le están perjudicando económicamente. El sumario muestra algunos de los contratos que algunos empresarios decidieron rescindir o anular debido a la situación del exvicepresidente del Gobierno.

Una situación injusta según su abogado que, asegura, ha "supuesto un daño patrimonial de, aproximadamente, 292.000 euros". Para demostrar que su patrimonio no tiene un origen ilegal, el propio Rato ha asegurado ante el juez que, diez meses después de su detención y de todos estos registros, la Agencia Tributaria no tiene aún informes definitivos.