Utilizamos el reconocimiento biométrico para desbloquear el móvil, para fichar en el trabajo o para viajar. Poco a poco, lo hemos incorporado en nuestro día a día, pero teniendo en cuenta nuestros nuevos hábitos, ¿cuál es el futuro de este tipo de tecnologías?

Laura Blanc, directora de márketing de HERTA, cree que usar la huella para desbloquear nuestros teléfonos o para fichar “está completamente obsoleto” y lo califica de “intrusivo”, anticipando que acabará sustituyéndose por el reconocimiento facial.

Por eso, las empresas tecnológicas entrenan los algoritmos para adaptarse para este nuevo escenario ante, por ejemplo, el uso obligatorio de mascarillas. Blanc nos cuenta que cuando empezó el confinamiento lograron lanzar un nuevo software que permite identificar rostros con mascarilla, con un algoritmo que da más prioridad a la parte superior de la cara, en lugar de a la inferior.

Un sistema, dicen los expertos, igual de seguro que el actual. Stella Luna de María, CEO de Pentquark Consulting, asegura que los sistemas biométricos llevan un código “por debajo”, es decir, “una doble autenticación por si no detectan la cara”.

Son muchas las tecnologías que han surgido a raíz de la pandemia, aplicaciones capaces de mantener el aforo de un restaurante o de controlar el distanciamiento social. También el control de la temperatura o la detección instantánea de la mascarilla.

La mascarilla, nueva 'norma' en nuestras vidas

Y es que antes de salir de casa, toca coger llaves, cartera, móvil... y mascarilla. Es el nuevo 'must' en nuestro día a día, de uso obligatorio en la mayoría de situaciones. Los expertos recuerdan que estas mascarillas no son reutilizables.

“El tiempo máximo de uso de una mascarilla quirúrgica es de unas cuatro horas, mientras que para una filtrante es de unas ocho horas”, cuenta Antonio Blanes, director de servicios del consejo general de farmacéuticos.

También nos recomienda que evitemos las horas de más calor y que también evitemos que nuestra mascarilla se humedezca.