El dedo de Aznar señaló,
sin dudas, a Mariano Rajoy en 2003, pero poco después empezaron las dudas y los
desencuentros, discrepancias que primero se disimulaban
hasta que hubo un día en que no.
En el Congreso de
Valencia de 2008, Rajoy ya había perdido por segunda vez con Zapatero y Aznar
hizo una entrada triunfal y en los saludos primero se saltó a Rajoy y luego fríamente
le dió la mano. Este episodio que pasó a la historia se completó con lecciones en un discurso: "No ganaremos si pensamos que podemos ignorar a los que ya nos votan".
Después llegó su primer
libro de memorias y la entrevista bomba en la que el presidente era Rajoy y
Aznar contradijo su política. Lanzó dardos a Montoro y como gran titular
amagó con volver.
Los mensajes llegan a Moncloa
y a Génova, pero Aznar presenta el segundo libro de memorias y ahí ya sí habla
directamente de Rajoy: "Cuando oigo a Rajoy decir llueve mucho, me preocupo".
Los desplantes son por
las dos partes, Gobierno y PP le dejan solo en la presentación y Aznar dice que
se lo apunta y así es como el ya expresidente de honor deja de participar en
las campañas electorales, aunque siempre reaparece una vez más.
Después de las
elecciones catalanas ya, vía comunicado, alertó el fracaso electoral y mandó el
quinto aviso y en octubre de este año, Faes y el PP se separan aunque después de la
muerte de Rita Barbará, Aznar aún tenía algo más que decir al PP: "Lamento que
Rita Barberá haya muerto habiendo sido excluida del partido al que dedicó su
vida". La última crítica ya no la
hizo a Rajoy, sino a la vicepresidenta por su estrategia sobre Cataluña.