Además el banquero tenía
otra causa pendiente por los sobresueldos presuntamente irregulares que se otorgaron
en la caja extinta. Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2010,
recibió la condena más alta de los 65 encausados por el uso de estos plásticos.
La Sección Cuarta de la
Sala de Lo Penal determinó que actuó al margen de la legalidad al atribuirse a
sí mismo y los otros beneficiarios una tarjeta corporativa al margen del
salario acordado y cuyo uso no precisaba de justificación de gastos.
Su defensa, que durante
los cuatro meses que duró la vista oral insistió en que los acusados estaban
siendo condenados antes incluso de existir sentencia, recurrió la
resolución no firme ante el Tribunal Supremo, que estaba pendiente de
pronunciarse sobre la misma.
Paralelamente el
banquero tenía pendiente otra causa instruida en los juzgados en Plaza Castilla
también relacionada con su gestión al frente de la caja madrileña. La titular
del Juzgado de Instrucción número 45 de Madrid, Luisa María Prieto, dictó
también en febrero auto de apertura de juicio oral por el que le sentaba en el
banquillo a él y al exdirector financiero de la entidad Ildefonso Sánchez
Barcoj por un delito de administración desleal derivado de los sobresueldos
irregulares que, según el FROB, causaron un perjuicio económico de 14,8
millones de euros.
El expresidente de Caja
Madrid estaba a la espera de conocer la fecha de celebración de este nuevo
juicio en el que se enfrentaba a una petición de cárcel de 4 años por parte de
la Fiscalía Anticorrupción.