El ministerio de Sanidad ha publicado un protocolo, elaborado junto a las comunidades autónomas y al sector de las piscinas, para preparar la apertura de estos espacios de cara al verano.

Las claves de este protocolo residen en la ventilación de los espacios cerrados como los vestuarios; la limpieza exhaustiva, con especial atención a grifos o pomos de la puerta que los usuarios tocan con frecuencia; y medidas destinadas a mantener la distancia social, incluso dentro del agua.

Para ello, Sanidad propone restringir el aforo doblando la superficie por persona en los espacios al aire libre o marcar en el suelo de la entrada los dos metros de distancia que deben mantener los visitantes en la zona de las taquillas.

También se propone contar con sistemas para desinfectar las manos y el calzado a la entrada, y dar una bolsa de plástico a los usuarios para que guarden sus pertenencias y sus basuras, para que queden cerradas herméticamente antes de tirarlas. Se favorecerá el uso de las tarjetas para el pago de la entrada.

Se propone que sea el socorrista el máximo responsable de supervisar el número de bañistas en cada uno de los vasos, limitando el acceso cuando haya suficientes personas en el agua.

Este documento entrará en vigor solo cuando el Plan de transición hacia una nueva normalidad posibilite la apertura de las piscinas.

Especial atención a bares y parques dentro del recinto

También los bares o chiringuitos que se encuentren dentro del recinto de la piscina deberán seguir los protocolos correspondientes al sector. Y si hubiese parques o espacios destinados a la actividad deportiva, tendrán que estar cerrados hasta que lo permita la fase de desescalda.

Además, el agua de los vasos debe tener un proceso de depuración física y química, la renovación mediante adición de agua de aporte y la realización de controles operativos o rutinarios. Desde el ministerio hacen énfasis que para eliminar el virus hay que "mantener correctamente el tratamiento y niveles de desinfección residual en el agua".