El Govern de la Generalitat ha planteado este martes que Cataluña recaude la totalidad de los impuestos, en vez del actual 9 %, y que a cambio transfiera una cantidad a determinar por los servicios que el Estado presta en la comunidad más otra partida para "contribuir a la equidad entre territorios".

La consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, y la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, han desgranado en rueda de prensa desde el Palau de la Generalitat la propuesta de "financiación singular" para Cataluña con la premisa de reducir el déficit fiscal de la comunidad, que cifran en 22.000 millones de euros.

Con ella, el Govern de ERC quiere lograr una financiación específica para Cataluña que permita salir del régimen común autonómico y que la Generalitat recaude la totalidad de los impuestos.

Esta capacidad fiscal "plena", según la consellera, "se complementaría con dos instrumentos adicionales". Estos instrumentos, ha explicado Mas, son "una transferencia al Estado como contraprestación de los servicios que este presta a Cataluña" y "un mecanismo de nivelación, un fondo de reequilibrio territorial destinado a aquellas comunidades con menor capacidad económica con tal de contribuir a la equidad entre territorios".

A su juicio, con este nuevo modelo la Generalitat dispondría de los recursos necesarios para financiar "adecuadamente" los servicios públicos y "mantener y modernizar" las infraestructuras de Cataluña. Además, ha recordado que el Estado "ya convive con modelos diferentes de financiación", como "el régimen foral y el de las Islas Canarias".

Según Mas, el marco constitucional español permite implementar el modelo de financiación singular de Cataluña. "Es decir, esta propuesta es compatible con el Estatuto de Autonomía, con la Constitución y con el derecho comunitario", destacó. "La propuesta que presentamos hoy es perfectamente viable tanto desde un punto técnico cómo jurídico", ha matizado.

Actualmente, Cataluña forma parte del régimen común de financiación autonómica, por el que la administración central recauda la mayoría de los impuestos y transfiere luego una parte a las autonomías; el País Vasco y Navarra, por contra, se rigen por el régimen foral, de modo que recaudan la totalidad de los impuestos a cambio de un "cupo" que abonan luego al Estado.