La línea de alta velocidad Madrid-Oviedo ha quedado oficialmente inaugurado con el tramo que une León con Oviedo y Gijón. Para entender la magnitud de esta obra, hay una serie de datos y claves que conviene resaltar, y es que estamos ante un proyecto que ha conllevado 19 años de obras y una inversión de 4.000 millones de euros.

La primera piedra del proyecto de la Variante de Pajares la puso Francisco Álvarez Cascos hace casi 20 años en un tramo que debería haberse inaugurado en 2010. Han pasado 13 años desde aquello.

El segundo dato habla de la dificultad de la obra, para la que se han tenido que construir casi 50 kilómetros de túneles, de los cuales uno de ellos es de 25 kilómetros y está a un kilómetro de profundidad. Para hacerlo, hubo que romper la barrera natural de la Coordillera Cantábrica desde La Robla, en León, a Pola de Lena, en Asturias.

La tercera clave pasa por el tiempo, y es que antes el viaje Madrid-Oviedo se completaba en cuatro horas y 45 minutos. Ahora, ese tiempo se reduce en 90 minutos, concretamente hasta las tres horas y media.

Renfe comenzará a parti del jueves con las primeras operaciones comerciales en esta ruta. La alta velocidad irá desde Madrid hasta Pola de Lena, con parada en Segovia, Valladolid, Palencia y León. Más allá de Pola de Lena, parará en Mieres, Oviedo y finalmente en Gijón, aunque ya sin ser alta velocidad.

La infraestructura original se inauguró el 15 de agosto de 1884 por los reyes Alfonso XII y María Cristina y, aunque ha quedado obsoleta, todavía se seguía usando. La nueva Variante recortará en más de una hora el tiempo de viaje entre la capital y la región con los trenes actuales.