El expresidente de la Diputación de Valencia Alfonso Rus, a quien el juez del caso Imelsa ha dejado en libertad provisional, ha defendido que en esta investigación "todo es un montaje", que ofrecerá su versión de lo ocurrido cuando se recupere y que "quien mete la mano, hay que cortársela".
En declaraciones a los periodistas antes de abandonar la Ciudad de la Justicia, en la que ha prestado declaración ante el instructor del caso, Rus ha dicho que se siente "inocente totalmente", que desconoce de qué se le acusa y que lo ocurrido "no es normal".
"Desde hace mucho tiempo me querían apartar del partido", ha señalado el también expresidente provincial del PP y exalcalde de Xàtiva, visiblemente cansado aunque ha querido atender a los medios tras dejar pasar a los otros tres exaltos cargos que también han declarado en último lugar junto a él: Máximo Caturla, Juan José Medina y Emilio Llopis.
"No me siento traicionado ni decepcionado por los compañeros del partido", ha declarado para negar que tenga empresas en el extranjero, afirmar que desconoce al resto de personas detenidas junto a él desde el martes y lamentar que la operación Taula se hubiera "anunciado en un periódico previamente" y haya sido "radiada y televisada".
Preguntado si, como ha mantenido en alguna entrevista hablando de temas de corrupción, a quien mete la mano hay que cortársela, ha respondido: "Siempre". Sobre la supuesta financiación ilegal del PPCV que puede derivarse de las investigaciones en curso, ha dicho que él "nunca" se ha ocupado de eso y ha añadido: "Si es por mí, cero financiación ilegal. Desconozco nada que tenga que ver con billetes de 500" euros.
En cuanto a las "líneas rojas" que marcó la pasada legislatura el entonces president de la Generalitat y líder del PPCV, Alberto Fabra, para apartar de primera línea a aquellos cargos públicos implicados en supuestos casos de corrupción, Rus ha señalado: "Son convenientes cuando hay seguridad y certeza. Un partido no puede tener 2.000 millones en facturas en los cajones".
Ha agradecido el "trato correcto" que ha recibido desde que fue detenido el pasado martes y ha reconocido que ahora será "complicado" explicar a la gente quién es él realmente. "Yo soy el jefe", ha ironizado. "Ha sido todo un montaje", ha señalado para responder, a la pregunta de si su autor es el exgerente de Imelsa Marcos Benavent, que no y preguntarse: "¿Cómo puede ser que Marcos sea al que han pillado y que la trama sea de Rus? No lo entiendo".
Sobre su papel como máximo responsable de la Diputación, ha respondido con otra pregunta: "¿Y por qué en el tema de Acuamed no es la responsable Soraya?", para añadir a continuación que no con ello estaba diciendo que la vicepresidenta del Gobierno estuviera implicada en el caso de supuesta corrupción en la empresa pública que gestiona infraestructuras hídricas en la costa mediterránea.
"Yo tengo la responsabilidad de haber puesto a alguien que no ha cumplido y por eso me tengo que ir", ha señalado Rus, quien ha negado haber tenido el control directo sobre todos los empleados de la Diputación, que ha estimado en unos 5.000. Sobre la fianza de responsabilidad civil que le ha impuesto el juez, la más alta de los veinticuatro detenidos, ha señalado que si tuviera esos dos millones de euros "los pagaría enseguida".
En cuanto a los gritos y las acusaciones de algunos vecinos cuando salía detenido de su domicilio en un coche policial, ha reconocido que se sintió mal al no poder defenderse y ha reivindicado que él nunca se ha escondido sino que ha dado siempre "la cara".
Rus ha sido increpado por una decena de personas que le han llamado "corrupto" y "ladrón" antes de subirse a un Mercedes gris que le esperaba ante la Ciudad de la Justicia.