El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez es desde hoy hijo adoptivo de la ciudad de Madrid, cuya corporación local ha aprobado por unanimidad en sesión extraordinaria del pleno este reconocimiento a título póstumo del primer presidente electo de la democracia.

Este nombramiento se suma a las medallas de Honor y de Oro de Madrid que le fueron concedidas en vida a Suárez por el Ayuntamiento de Madrid para reconocer la figura histórica del presidente que condujo a los españoles de la dictadura a la democracia.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha ensalzado la talla histórica de Suárez, que según ha defendido se eleva por encima de los avatares de la crónica cotidiana de los tiempos que le tocó protagonizar.

Botella ha destacado que todos los españoles tienen la obligación de tener presente el legado de unidad y de búsqueda del consenso del expresidente, que "abrió una nueva página de la historia de España de la que hoy todos los españoles seguimos siendo protagonistas sin excepción".