Han hecho falta dos Eurocumbres, la última de tres días de maratonianas y tensas negociaciones, pero los (todavía) 28 parecen haber acordado el reparto de cargos en la nueva legislatura.

En lo más alto de las euroinstituciones, desinflada la candidatura del socialdemócrata holandés Timmermans, los conservadores han logrado colocar a la actual ministra de Defensa alemana, Ursula Von der Leyen. Será la primera presidenta en la historia de la Comisión Europea.

Otra mujer estará al frente del Banco Central Europeo: Cristine Largarde, actual directora del FMI.

Para el Consejo Europeo, el liberal Charles Michel, primer ministro belga, se ha impuesto sobre dos candidatos progresistas: un eslovaco y una danesa.

A cambio, como jefe de la Eurodiplomacia se sitúa el socialista español Josep Borrell, que hace sólo unos días bromeaba sobre si aceptaría uno de estos cargos.

El acuerdo ha llegado casi en tiempo de descuento, con el Europarlamento ya constituido en una sesión no exenta de polémicos gestos: como el de los eurodiputados euroescepticos que han dado la espalda al himno de Europa.