Eran las seis menos cuarto de la mañana cuando un hombre de 29 años y origen argelino llegaba a la puerta de la comisaría. "Ha intentado acceder a la comisaría llamando por el interfono" cuenta Rafel Comes, Comisario Superior de los Mossos d'Esquadra.

Lo hacía de forma reiterada, hablando con la agente que estaba en recepción a través de un telefonillo "Pidiéndole que quería acceder para realizar una consulta", explica Comes. Tras unos minutos "la agente ha abierto la puerta por el interfono", continúa.

Una vez que consiguió entrar dentro de la comisaría y al grito de Alá es grande se lanzó sobre la agente. "Con un cuchillo de dimensiones considerables", cuenta Rafael Comes. Una agente que al ver su vida en peligro "ha tenido que repeler la atención con un arma de fuego".

Porque para los Mossos, la intención del hombre era muy clara. Según Comes tenía "una voluntad homicida y determinada a matar y agredir físicamente a la agente". Cuatro horas después, se llevaban el cadaver del hombre mientras la investigación dirigida por Mossos con apoyo de Policía y gardia civil se lleva a cabo tratándolo como ataque terrorista.

"Es un atentado, hay una agresión clara contra la vida de un agente policía, dentro de un edificio policial, porque el individuo hacía consignas de Alá aunque el resto de palabras eran inteligibles", finaliza Comes.

Por ello es la Audiencia Nacional con el juez Ismael Moreno a la cabeza quien se ha hecho cargo de una investigación que en este momento se ha trasladado a la casa del atacante.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional no descarta que el ataque sea calificado de terrorista, según han informado fuentes de este departamento. Los hechos serán investigados por la Audiencia Nacional, de acuerdo a las mismas fuentes, que a puntan a que "indiciariamente la apariencia del hecho puede ser de terrorismo" si bien es pronto para determinar la calificación.