Contra la emergencia climática tú también puedes poner tu granito de arena. Y en esta ocasión, el secreto está en el grifo. En los grifos que tenemos y usamos todos a diario. Dejándolo en el centro, utilizamos el agua caliente; si el que tenemos en el cuarto de baño o en la cocina es de tipo monomando, ponerlo en el centro queda muy estético.

Sin embargo, si no está en el lado del agua fría sale templada y ponemos en marcha la caldera. Después de la calefacción, el agua caliente es el segundo consumidor de energía de nuestros hogares: hasta un 20% de las emisiones de CO2 en nuestra casa.

Pero estar atentos a la posición del grifo para no consumir más de lo necesario no es la única forma de reducir el nivel de emisiones que producimos en nuestros hogares. Es fundamental cerrar el grifo mientras realizamos tareas cotidianas, como cepillarnos los dientes o afeitarnos. Estos pasos nos ayudan a ahorrar agua.