Pedro Sánchez ya está en Bruselas para tratar, junto al resto de líderes de la Unión Europea, los detalles del 'Gran Pacto Verde' para fijar el año 2050 como límite para la neutralidad climática.

El obstáculo es convencer a Polonia, Hungría y la República Checa. Por ejemplo, el Gobierno ultranacionalista húngaro ha asegurado que solo apoyará el objetivo de la neutralidad climática para 2050 de la Unión Europea si se realiza con apoyo financiero comunitario y teniendo en cuenta la energía nuclear.

El ambicioso plan de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, pretende "reconciliar la economía con nuestro planeta" tendrán que cumplirlo, sin excepción, todos los miembros comunitarios. Entre sus objetivos está alcanzar la neutralidad climática para 2050 y rebajar hasta un 55% las emisiones de CO2 para 2030.

Solo para alcanzar el actual objetivo de reducción de las emisiones se necesitan 260.000 millones de euros adicionales al año, es decir, el 1,5% del PIB de la UE en 2018, según los cálculos de la propia Comisión.

El Pacto Verde Europeo también trata de actualizar el Sistema de Comercio de Emisiones, imponer impuestos a las aerolíneas que más contaminen y un millón de nuevos puntos de recarga para coches eléctricos para 2025.

Impulsará, además, la automatización y digitalización en la gestión del tráfico rodado y apostará por una agricultura y pesca más sostenible.