laSexta ha podido comprobar como la presencia de la 'basuraleza' es más que habitual en los entornos rurales. Por ejemplo, en Pinar Grande, Soria, las setas casi se pueden confundir con tapones y todo tipo de plásticos.

Los residuos también han cambiado con la pandemia. Los guantes y las mascarillas son visibles en todo lugar por el que pasa el hombre. Las cifras son espectaculares: en el mundo se consumen 129.000 millones de mascarillas desechables al mes, y cada una de ellas tarda 400 años en descomponerse.

Es un producto especialmente peligroso para la fauna silvestre, ya que no saben lo que es y en muchas ocasiones ingieren las gomas al confundirlas con gusanos.

La basura no cesa en los espacio rurales: tuberías, cristales, plantillas de zapatos son parte del 'motín' que ha conseguido el equipo de laSexta al salir a recoger setas.

Antonio Martín, técnico de la Fundación Patrimonio Natural Castilla y León, así lo ha corroborado: "Pensaba que no íbamos a encontrar apenas nada, pero hemos encontrado casi tanta basura como setas. Lo que nos hace ver que ni un monte como este se queda libre de la basuraleza".

Por eso es importante repartir cada residuo en su contenedor, sin olvidar que a las mascarillas hay que cortarle las gomas antes de echarlas al contenedor de residuos orgánicos.

Y es que si algo bueno ha dejado el confinamiento es que más de dos millones y medio de españoles comenzaron a reciclar nuevos residuos. De hecho, el 45,5% afirmaron haber estrenado el contenedor amarillo y el 28,6% el de papel y cartón.