La Tierra ha perdido el 15% de su superficie vegetal en los últimos 50 años. La deforestación avanza en Latinoamérica, África y el sudeste asiático y es al romperse el equilibrio de la naturaleza cuando emergen los nuevos virus.

Fernando Valladares, biólogo e investigador del CSIC, explica que la degradación forestal "ha traído virus muy peligrosos en zonas de África". Se trata de una larga lista que incluye el Zika, el VIH o el actual coronavirus y que puede que solo sean la punta del iceberg.

El sudeste asiático, donde está localizado el origen del SARS-CoV-2, pierde cada año el 1,2% de su masa forestal. Al perderse el bosque, disminuye la biodiversidad, los supervivientes sufren estrés, su sistema inmunológico se debilita y además entran en contacto con el hombre. Los virus que albergaban se convierten entonces en una amenaza para nosotros.

Luis Suárez, coordinador de World Wildflife Fund (WWF) España sobre pandemias, nos cuenta que actualmente solo conocemos 5.000 virus de los dos millones que se estima que puede haber. "Al destruir la naturaleza alteramos esos equilibrios que hay entre las especies, que evitan que el virus pueda saltar al ser humano", añade.

Es lo que sucede cuando se elimina la selva en beneficio de la ganadería y de una agricultura intensiva que emplea abonos y pesticidas. Porque si seguimos alternando la naturaleza, los expertos coinciden en que nuevos virus latentes llegarán hasta nosotros.