Del clamor de los ciudadanos a la decepción: para la ministra Teresa Ribera la cumbre deja un sabor "agridulce" porque "había una expectativa de ir más allá".

Y es que no se logró un acuerdo en la regulación de los mercados de carbono, según la ministra, "porque había quien quería facilitar un régimen muy laxo".

Tampoco se ha conseguido que los grandes emisores presenten planes de recorte, y preocupa la ambición, porque aunque en el texto final sí se insta a los países a ser más ambiciosos no queda claro como presentar los compromisos.

Para las organizaciones es tan solo un llamamiento débil. Según Mar Asunción, responsable de Emergencia Climática de WWF, "con lo que se ha presentado se llegaría a un aumento de la temperatura global de más de tres grados".

Aun así, hay puntos en los que la cumbre de Madrid sí ha avanzado: se reconoce el papel de la ciencia, se incluye una mención a la protección de los océanos, una cobertura a los países que más sufren la emergecia climática y una agenda de género, pero lejos de cumplir con el lema de esta cumbre, 'Tiempo de Actuar'.