La Antártida alcanza la temperatura más alta hasta el momento en un mes de febrero al llegar los 20,7 grados. La media normal para estas fechas es de cuatro grados, pero la realidad resulta muy lejana.

Ahora la Antártida ha perdido el característico aspecto de su paraje, llegando a extremos donde se podría confundir con alguna de las sierras españolas.

La sorprendente y alarmante falta de hielo y nieve en varias zonas han desencadenado en una situación de emergencia climática.

Durante los últimos días, los científicos han registrado áreas con temperaturas que no paraban de subir, llegando incluso a los 21 grados que pulverizan todos los récords. Hace 40 años que no se detectaban temperaturas así de altas.

"Estas temperaturas sólo solían darse una vez cada mil años", explica Ricardo Jana, científico especialista en glaciares tras ver cómo se han ido perdiendo miles de toneladas de hielo al desgajarse glaciares y formarse icebergs efímeros y quebradizos.

"Están viviéndose inusuales olas de calor allí desde diciembre, zonas en las que no ha nevado nada", explica el meteorólogo Adrián Cordero.

Sin duda, estas son algunas de las preocupantes señales del acelerado calentamiento global que amenazan con hacer subir hasta tres metros el nivel de mares y océanos en un futuro próximo. Algo similar a lo que pasó hace unos 100.000 años y que pagaron varias especies.