La 'marca España' llega hasta el Ártico, pero en forma de basura y de vergüenza. Investigadores del Instituto Alfred Wegener, del Centro Helmholtz para la Investigación Marina y Polar alemán, han analizado el origen de desechos en el archipiélago de Svalbard, catalogando la procedencia de los desechos.
Entre los productos, hay boyas, tapones y una caja que pertenecen a España. Sí, nuestra porquería ha sido capaz de atravesar los más de 4.000 kilómetros que separan nuestro país de Noruega.
Manolo Vargas, científico titular en el Instituto Español de Oceoneografía, cree que esto "debería avergonzarnos", todo un tirón de orejas que se hace más grave si pensamos en cuánto tiempo pueden llegar a estar esos 'inofensivos' tapones en el mar.
"Un tapón de botella tarda en degradarse 100 años, por lo que posiblemente encontremos más tapones en los próximos años", critica la reponsable del área de Biodiversidad de Greenpeace, Celia Ojeda Martínez.
Los resultados han concluido que incluso los países industrializados prósperos, que se pueden permitir una mejor gestión de los desechos, contribuyen significativamente a la contaminación de ecosistemas remotos como el Ártico, e inciden por ello en la importancia de mejorar la gestión local de residuos, especialmente en los barcos y en la pesca.
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Los científicos han subrayado además la importancia de reducir la producción mundial de plástico, especialmente en los países industrializados de Europa, América del Norte y Asia, ya que aproximadamente el 11% de la producción mundial de plástico llega a las vías fluviales.