La Amazonia no para de arder y en junio ha batido un fatídico récord tras sufrir 2.248 incendios. Es la peor cifra en este mes de los últimos 13 años; solo en junio ha habido un 19,5% más de incendios que en el mismo mes del año pasado.

Y lo peor está por llegar. Carlos Soza, miembro de IMAZON, avanza que la deforestación en 2020 será todavía mayor que la que se produjo en 2019. Las previsiones advierten: 900.000 hectáreas de selva podrían ser quemadas de aquí hasta el mes de agosto. Hablamos de una superficie como toda la provincia de Almería.

Es una escalada sin freno desde que Bolsonaro llegó a la presidencia de Brasil, en enero de 2019. 18 meses en los que han ardido más de medio millón de hectáreas del Amazonas, o lo que es lo mismo, toda la superficie de Cantabria.

Y ahora llega un verano que puede ser demoledor en plena crisis del coronavirus en Brasil, arrasado por la COVID-19. Para Carlos Soza, la mezcla de estos dos factores traerá “consecuencias catastróficas” a los brasileños.

En conclusión, habrá más contagios entre la población indígena y menos control en un Amazonas cada día más devastado.