Continúa la guerra en Ucrania tras 80 días desde el inicio de la invasión rusa, si bien el escenario de conflicto presenta una situación muy diferente a la proyectada por el Kremlin. Hace unas horas, las tropas ucranianas han destruido un puente, hundiéndolo completamente bajo el agua, para evitar el avance de los soldados de Putin hacia el sur del Donbás. A vista de dron se observa, además, decenas de blindados rusos neutralizados, en unas imágenes que se pueden ver en el vídeo que acompaña estas líneas.

Según Ucrania, tras esta emboscada, los soldados enemigos corrieron a dispersarse. Y es que las pérdidas entre las tropas de Putin no dejan de crecer. De hecho, las ambiciones rusas en el este de Ucrania son cada vez menores. Ya son muchas las ofensivas que han ido fracasando mes a mes, lo que ha transformado los planes de Rusia en el territorio ucraniano: ha pasado de querer abarcar el máximo territorio posible a aspirar a cotas mucho menores.

El Ejército ruso se ha retirado de sus posiciones cerca de Járkov, renunciando a asaltar la segunda ciudad de Ucrania, pero sigue intentando avanzar hacia el Donbás desde el norte, aunque por el momento con poco éxito. "En Járkov el enemigo no ha realizado activas acciones militares. Ha centrado sus esfuerzos en garantizar el repliegue de sus fuerzas de la ciudad, manteniendo (...) las líneas de suministro", informó el Estado Mayor General del Ejército de Ucrania.

Al mismo tiempo, empieza a notarse que los efectivos y los recursos armamentísticos escasean; al menos, en las filas del Kremlin. Según se aprecia en el vídeo, hay soldados reservistas de las fuerzas rusas en el Donbás que llevan al hombro fusiles diseñados en el siglo XIX, un modelo utilizado en la Guerra Civil española. Además, Rusia está reclutando forzosamente a hombres ucranianos en las zonas que controlan, dándoles equipamiento anticuado y usándolos como carne de cañón.

Rusia también está perdiendo territorio y armamento en la región de Járkov. Ucrania los está empujando hacia el norte y ganando terreno hacia la frontera. "Nuestros hombres han tomado este pueblo y continuamos empujando a las tropas hacia Rusia", ha relatado Topol, soldado ucraniano, en uno de los terrenos de combate. Pero Ucrania está impidiendo incluso la retirada rusa a su propio país. La inteligencia ucraniana estima que pronto podrán recuperar el Donbás y Crimea.

"El punto de inflexión será en la segunda quincena de agosto. La mayoría de las acciones de combate activo habrán terminado a finales de año", ha valorado Kyrylo Budanov, jefe de la Inteligencia Militar de Ucrania. En este sentido, el presidente del país, Volodímir Zelenski, ha celebrado el cambio de tornas en la guerra: "Ya hemos recuperado 1.015 asentamientos, incluidos seis en las últimas 24 horas". Mientras, asegura que continúan las conversaciones para evacuar a médicos y combatientes heridos de la acería de Azovstal.

Los rusos siguen intentando cercar las dos últimas ciudades clave bajo control ucraniano en la región de Lugansk, Severodonetsk y, en menor medida, Lisichansk, a ambas orillas del río Séverski Donets. El caso es que las fuerzas ucranianas también han dirigido su contraofensiva contra Izium, por lo que el tiempo corre en contra de los planes del Ejército ruso.

"El punto más caliente sigue siendo la zona de Izium, donde nuestras fuerzas han pasado al contraataque. El enemigo se está retirando en algunas zonas", informó Oleg Sinegubov, jefe de la administración militar de Járkov.