José Luis Galán González, conocido como Yusuf Galán, el único español condenado por los atentados del 11S , ha negado haberse integrado en el Dáesh tras su salida de prisión en 2011 y ha dicho que en su "fuero interno" no está de acuerdo con su sentencia por la masacre de Nueva York: "Se me estaba condenando por ser musulmán".

Galán, nacido en Madrid en 1965 y convertido al islam en 1991, se enfrenta a una petición fiscal de 13 años de cárcel por integrar el Daesh como "cibersoldado" cuando fue excarcelado y se afincó en San Javier (Murcia), desde donde distribuyó masivamente material yihadista por Internet.

El presunto yihadista, en prisión preventiva desde su detención en 2017, ha defendido en el juicio contra él celebrado en la Audiencia Nacional que no forma parte del Dáesh y que si compartió material fue porque es un "defensor de los derechos humanos" y quería denunciar injusticias contra musulmanes.

"Se han cometido excesos, se están cometiendo excesos, son públicos y notorios y creo que debemos solucionar ese problema por la salud de nuestra democracia", ha dicho, y ha pedido perdón si ha podido "causar algún daño a las víctimas".

Sobre su pasado, ha reconocido que se ha equivocado. "Quizás ahora soy más maduro", ha indicado el acusado, que experimentó "un punto de inflexión tremendo" en su vida cuando vio las imágenes del 11M en Madrid. "Condeno totalmente esas acciones. ¿Por qué ha llegado a este país? No puede ser, es una locura".

Sobre su condena como parte de la célula de Al Qaeda de los atentados de Nueva York, ha afirmado que en su "fuero interno" no está de acuerdo con ella: "Creo que en el fondo a mi se me estaba condenando por ser musulmán". Lo ha afirmado en un largo interrogatorio en el que sólo ha respondido a su abogado y ha dicho tener dificultades para explicarse porque no se encuentra "anímicamente bien": "Por primera vez en mi vida me está costando elaborar un discurso".

Ha reconocido que pasó una "época convulsa" y que ha ido madurando en el "rechazo a la violencia". En su juventud le "impactaron tremendamente" imágenes de soldados del ejército israelí "rompiendo los brazos de palestinos" y una matanza en el Kurdistán iraquí en la época de Sadam Hussein.

Entonces comenzó a pegar carteles y participar en manifestaciones propalestinas, pero luego tuvo ese otro "punto de inflexión" con la matanza de Atocha en Madrid. "Si soy miembro de Al Qaeda lo habría dicho sin ningún problema", ha asegurado.

"He estado condenado. Lo reconozco, soy un criminal de los más peligrosos porque estoy condenado", ha ironizado para lamentar que ahora se vuelve "a encontrar con todo esto". Entre los vídeos que difundió, destaca uno con su hermano en una azotea manejando una katana, que hizo, según su versión, porque quería dar clases de artes marciales para buscarse la vida.

También difundió uno de "enseña a tus nenes a disparar". Para el acusado, es parecido a otros de "enseña a tus hijos a montar a caballo, a nadar y a tirar con arco". "Disparar las armas se considera como un deporte, no hay que ser un terrorista". "Me gusta disparar, me gusta la pólvora, me gusta tirar, pero no me gustan las armas".

En una conversación pinchada decía a su mujer que era un talibán, pero ha pedido analizar "el contexto" porque a los estudiantes de religión musulmana se les llama los "talib".

"De ahí el plural, de 'talib' a talibán", ha defendido para añadir: "Si fuera un talibán estaría en Afganistán y tendría un turbante negro". Un policía que siguió los movimientos de Galán en libertad ha declarado que tenía una "incesante actividad virtual" y que cuando se le detuvo escondía un machete en la cama y una navaja táctica en su cinturón.

Respecto a los vídeos de víctimas musulmanas, ha dicho que son "imágenes muy desagradables que provocan un efecto demoledor" a la hora de captar adeptos. Formarían parte de la "fase de victimización" de los "soldados virtuales", a la que sigue otra de "ideología" y una tercera de "compromiso".

Al llegar a la última fase de la captación "se estaría en condiciones de decirle a alguien si está dispuesto a subirse a un tren y cortarle la cabeza a cuatro personas".

El fiscal ha recordado que extrajo algunos de sus vídeos de plataformas del Dáesh, que pese a proclamarse un defensor de los derechos humanos solo difundió imágenes "de un lado", del yihadista, y ha destacado que por los discursos que él defendía, "se mata". Sobre los vídeos de la katana y enseñando a disparar a niños, ha afirmado: "Estás enseñando a matar, no un deporte".