En lo más alto, y sin arnés, "el hombre que puede volar" comienza a caminar por una fina cuerda que separa dos picos del parque Yosemite, en California. Detrás de él se puede ver una enorme luna que se mueve, o parece moverse, al ritmo de sus pasos. Esto es una ilusión óptica que se consigue colocando la cámara a un kilómetro y medio de distancia.