Una enorme nube de ceniza densa brota del volcán Kilauea en Hawái que entró en erupción el jueves. Desde entonces se han generado lagos de lava y grietas que atraviesan zonas boscosas y pasan a tan sólo unos metros de algunas viviendas

Por eso, más de 1.700 personas han sido evacuadas de las zonas residenciales más próximas al volcán, uno de los más activos y grandes del mundo. "Hemos podido escuchar la explosión de lava desde casa. Y la casa... ¿seguirá estado allí cuando volvemos?", se pregunta un vecino.

La lava y el gas son una peligrosa amenaza, lo que ha obligado al gobierno de Hawái a decretar el estado de emergencia. El gobernador de las isla estadounidense asegura que se "ha activado a la Guardia Nacional, la Policía y los bomberos y están ofreciendo asistencia a todos los residentes con evacuaciones".

Además, la situación ha empeorado cuando un fuerte terremoto de magnitud 6,9 ha sacudido la zona afectada como consecuencia de la erupción que ha generado pánico en la población del suroeste de Hawái, aunque las autoridades no han informado de ninguna victima mortal.