Flores rojas, y fotos del comandante en la embajada cubana en Rusia, donde el dolor brota en forma de lágrimas y largas colas para decirle adiós a Fidel. Una despedida a la persona pero no a la figura. Desde Venezuela Maduro insiste que con la muerte de Castro no mueren sus ideas: "Fue y seguirá siendo una leyenda viviente".

En Nicaragua cientos de personas rendían tributo también y escuchaban a su presidente hablar de esa batalla que Fidel libró: "Es la batalla de las ideas que hoy se convierte en una batalla fundamental".

En Corea del Norte una fría presentadora empatiza con la tristeza cubana, también el país entero donde han declarado tres días de luto por la muerte del que consideraban un "amigo cercano". Una delegación norcoreana viaja a La Habana para asistir al acto multitudinario de despedida.

También ha confirmado su asistencia Tsipras, el primer ministro griego. No estará Putin, viajará en su lugar el presidente del Parlamento ruso. Aquí en España se mira al futuro de Cuba y desde Podemos esperan que los próximos pasos sean cosa, sólo, de los cubanos: "Cuba nunca se arrodilló ante los intereses de terceros países". Un legado que para muchos será inmortal.