Grandes medidas de seguridad

El Vaticano, preparado y blindado para garantizar un cónclave sin filtraciones

Los detalles
El nivel de seguridad en el Vaticano ha llegado al punto de contar con bloqueadores de señal, escudos anti-drones y tecnología contra láseres espía para blindarlo mientras dure el cónclave.

Técnicos instalan una chimenea en el techo de la Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano
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A cinco días de comenzar el cónclave, el Vaticano se está preparando y blindando para que la elección del nuevo papa se produzca con total normalidad y sin ninguna fisura en términos de seguridad. Y la prueba de ello es que ya está instalada la chimenea que nos informará del transcurso de la elección del nuevo pontífice.

Ha sido este viernes cuando los visitantes de la plaza de San Pedro han podido comprobar como la chimenea ya sobresale sobre el tejado de la Capilla Sixtina, la famosa chimenea que mantendrá en vilo a los feligreses esperando una fumata blanca que confirme la elección del nuevo papa.

No obstante, no solo la chimenea ha sido la única labor de preparación del Vaticano estos días. La seguridad también ha centrado parte de los esfuerzos y la prueba de ello es todas las herramientas que se han desplegado para blindar el Vaticano y, principalmente, proteger la confidencialidad del cónclave.

Para evitar filtraciones, ya se están cubriendo las ventanas de Capilla con películas anti-drones y anti-láser espía para impedir captaciones de imagen o sonido. También se han instalado bloqueadores de frecuencia colocados en puntos estratégicos para anular cualquier señal. Ningún dispositivo puede emitir ni recibir nada en la zona perimetrada.

Que no se escape una sola palabra es prioridad máxima. De hecho, equipos especializados recorren todo el recinto tres veces al día buscando micrófonos ocultos. Para más inri, la red interna del Vaticano queda completamente aislada de Internet. Los servidores, desconectados, se trasladan a zonas blindadas, como la Biblioteca Apostólica.

Y en caso de emergencia, solo se comunican a través de una red de radio encriptada, con cifrado exclusivo para la gendarmería vaticana. En definitiva, un aislamiento total para que todo esté bien cuidad y en la más estricta confidencialidad.